Seguro que a diario disfrutas de productos audiovisuales creados en otros países: largometrajes, cortometrajes, anuncios de televisión, reportajes, dibujos animados, conciertos, concursos, presentaciones multimedia… A menudo escuchamos estos productos en nuestro propio idioma y nos olvidamos de que fueron creados en un idioma diferente. ¿Te habías parado a pensar en que alguien se ha ocupado de traducirlas?
Hasta hace relativamente poco tiempo, la traducción audiovisual no se consideraba como traducción propiamente dicha, sino más bien como una adaptación especial caracterizada por el hecho de trasladar a otro idioma textos expresados a través de canales acústicos o visuales.
Además, la traducción audiovisual ofrece una interesante posibilidad de aprendizaje para todos aquellos que desean aprender un idioma de forma autodidacta mediante el uso de dos modalidades de traducción a la vez, la subtitulación y el doblaje, lo que facilita la identificación de las versiones equivalentes en el idioma origen y destino.
En este blog hablaremos de diferentes ejemplos de retos que se pueden presentar en la traducción audiovisual de una forma divertida para que consigan hacer a nuestros lectores plantearse un futuro en este trabajo que muy duro, pero a la par muy gratificante.
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